
Siempre el mismo día. Hace dos años comenzó la historia del sol y la luna. Eran las 10 de una noche fría. Era el mismo día, 16 de agosto, cuando sonó un celular entre mi cama. Entre mis sábanas blancas encontré la respuesta de un futuro brillante. Era como si mis sueños iban a tener un cambio de época. Era el sol a plenitud. A plenitud con su perfume de palabras, imponente ante la frialdad que había en mi cuarto. Reaccioné con un saltó en mi corazón. No dudaba que aquella sería una gran noche. Una noche que se llevaría muchos sentimientos del pasado al fondo del infierno. ¿Qué pasaba en su cabeza? Solo él puede todavía descifrarlo. ¿Todavía? Sí, todavía. Un viento grande azotó la mente de aquella luna. Esparció sus débiles pensamientos a todo su cuerpo y reaccionó. Y al escuchar aquellas palabras de sol, que eran una oportunidad para su felicidad, se sentó y voló. Luna, luna que tanto pensaste. La oportunidad estaba. No la dejes ir, no la dejes volar, no las dejes resbalar. Y la agarró, la apretó y la compenetró hasta su alma. Eso era el ofrecimiento que tanto quería. El sol, por su parte, voló hasta el cielo más alto. Se reunió con su amada pues en esos momentos era ella quien trabajaba para la tierra. Se reencontraron ese día, ese momento, esa esperanza, esa ilusión única que llegaría hasta el éxtasis. Entre cantos de vientos los dos se amaban. Se amaban con pasión desenfrenada por ese sentimiento que de nuevo revivía. Entre lágrimas se amaban, entre bajas palabras se contestaban, entre las sábanas se deslizaban y en sus mentes se perfeccionaban. Mi sol, mi único sol, mi amado perfecto. Con tu carita preciosa de ángel y tu boca pequeña pero exquisita. Tus ojitos de inocencia, de amor, de pasión me encontraban en tu imaginación. Ese día, ese maldito pero bendito día se hacía presente en está tierra. Las sombras y las tinieblas fueron testigo de ese magnifico e inolvidable día. Mi eterno pensamiento, siempre el mismo día. Y luego de amarse toda la noche perfecta se vino el alba. El alba, nuestra amenazante enemiga, forzada a salir y a doblegarnos, estaba a punto de asomarse a nuestras narices. Y ¡puff! después de amarnos frenéticamente en nuestras mentes, nos desconectamos y quedamos llenos de mosto. Sin embargo, allí comenzó nuestra historia. Luego, ese mismo día, vino el dolor de una reacción. Dolor que lo recuerdo aún, de un pobre que quizás no conoce el amor. Lanzó los dardos y pegó en el corazón. Pero eso no significó que aquellos dos seres se iban a disolver. Ja, ja ja ... es más--- los unió con mucha más fuerza y poder. Y allí comenzó una tregua estable, con un sinfín de particularidades. Te amo noche. Te amo sol. Te amo luna. Y la historia continuó entre campos y espinas...
Una historia muy bella y romántica,,,
ResponderEliminarLas oportunidades hay que atraparlas y no dejarlas escapar.
Un gran saludo.
Gracias por tu comentario.. en verdad fue un gran amor!!.. saludos!
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